Carta a Maggie

Nos ponemos en situación:  Yo soy Charlot,  un obrero que ha emigrado del campo a la ciudad y trabaja en la industria, este le escribe una carta a su mujer que se encuentra en el pueblo y le cuenta todo lo que le está ocurriendo en la ciudad.


Querida Maggie: ¿Qué tal estás?, espero que estés bien. Todos los días recuerdo, como nos levantábamos cada mañana a las 6 para sacar a nuestro rebaño a pastar, que felices éramos. En cambio ahora la vida en la ciudad no es tan fácil como en el campo, trabajo muy duro diariamente para llevar el sueldo a casa, además extraño mucho despertarme y no tenerte a mi lado. Desde mi partida, todo ha sido muy difícil, todavía no me acostumbro a la ciudad. Es todo muy diferente, ¿te acuerdas que antes iban a caballo? Pues ahora no, inventaron una especie de vehículos en los que pueden viajar varias personas, hacer trayectos largos y además van rápido; lo que pasa es que necesitan gran cantidad de combustible para que funcionen. También hay luz en las calles, lo que han hecho que disminuyan los robos y actos delictivos. ¡Te sientes mucho más seguro! Estos son algunos cambios producidos por la revolución industrial. Nada más llegar aquí, vi muchos anuncios de que se necesitaban trabajadores para la industria. Mucha gente comentaba que explotaban a los trabajadores y que no era una buena idea, pero no me quedó de otra, ya que vine hasta aquí para ganar dinero.Ya llevo dos años trabajando, y doy fe que esos hombres que se quejaban tenían toda la razón. El salario no es muy alto pero me da para comer y sobrevivir, trabajo muchas horas al día, más de las que me corresponde, ... El trabajo es muy extraño todo está muy mecanizado y utilizan mucha electricidad, para realizar el trabajo organizado nos guían por el método de un tal Frederick Taylor, denominado taylorismo. El cual ayuda a la empresa a producir más cantidad de productos en el menor tiempo posible, aprovechándose así de nosotros obviamente. No tengo el gusto de conocer a ese tal Taylor pero… si lo hiciese… le diría unas palabritas. Pero la vida en la industria es así, hay que aguantar, el empresario se aprovecha del éxodo rural; que somos los trabajadores que se trasladan del campo a la ciudad buscando una mejor vida. En la ciudad se distinguen dos tipos de clases sociales: Los burgueses los cuales tienen las mayores riquezas de la ciudad y dirigen la mayoría de las empresas. Y por otra parte, está la clase obrera, quien trabaja para los burgueses y que no tienen mucha calidad de vida. Dentro de la fábrica hay tres clases sociales: El empresario, quien se encarga de dirigir la empresa. Éste le otorga un puesto que se denomina capataz, que es el encargado de organizar y revisar el trabajo de la mano de obra, para que toda la producción de la fábrica vaya sobre ruedas.Por cierto el capataz es muy exigente y no me deja ni moverme, pero no me puedo quejar porque sino me echan, ¡qué difícil es esto!. Y por último, los obreros, que somos los que más trabajamos y los menos que cobramos. Me parece muy injusta esta situación, porque sin nosotros la producción dejaría de funcionar y las empresas se arruinarían, cosa que ahora mismo no queremos porque son el futuro. Pero se pasa muy mal. Cada día en la fábrica es más duro que el anterior, todos los obreros sufrimos una sobre explotación continua. No tenemos casi ni tiempo de comer, aunque una empresa ha intentado vender a la industria donde trabajo una máquina cuya finalidad es que mientras seguimos trabajando nos dé de comer y como era lógico no funcionó, menos mal porque el ratito de comer es el único en el que descanso. Nadie nos defiende ante esta situación algo que me parece vergonzoso porque para ello se ha creado el sindicato obrero, que es el encargado de defender los derechos de los trabajadores. Los trabajadores hemos pensado en realizar una huelga pero nos la tienen prohibida además como la mano de obra abunda no tardarían nada en encontrar más trabajadores para que nos reemplacen, así que no ganaríamos nada. Por lo que decidimos hacer una manifestación que no salió como pensábamos,vino la policía con sus caballos arrasando con todos los manifestantes y nos llevaron a la cárcel, qué experiencia más incómoda nunca más volveré a realizar algo parecido. Tras salir de la cárcel he realizado otros tipos de trabajo. Primero trabajé construyendo barcos de vapor, un invento muy inteligente que permite transportar todo tipo de mercancías a lugares lejanos. Después, oí hablar en el bar, uno de los pocos sitios donde me siento "libre" y puedo conversar y despejarme, aunque no mucho porque acabo muy cansado de trabajar y necesito dormir mis ocho horas de sueño, que a veces se convierten en seis y no puedo rendir igual en la fábrica. Que un burgués necesitaba ayuda en su fábrica para hacer un proyecto especial …Estuve muy a gusto, pero el dueño falleció y tuve que volver a buscar otro trabajo. Me siento esclavizado, a ver si el sindicato hace algo ya, porque la situación no es muy agradable. Tengo 35 años y me siento como si tuviera 70. Pero tu no te preocupes Maggie, saldremos de esta, ganaré dinero y regresaré contigo en poco tiempo. Cuida mucho a los niños, que yo resistiré. Quizás, si me dan algún día libre iré a visitarles por Navidad, no es muy seguro; pero vamos a tener esperanzas… ¡Te quiero! Hasta pronto.

Charlot

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Comentarios

  1. La carta redactada se ajusta muy bien por enfoque y contenido a la tarea pedida. Enhorabuena. Hay que mejorar la presentación tipográfica y la puntuación. También conviene que emplees todas las herramientas de edición (texto, imágenes de fotografía, vídeo...) para completar con una calidad máxima el trabajo. La expresión es la propia de una comunicación oral pero ten en cuenta que, a la hora de redactarlo (por escrito), es necesario usar con más rigor signos de puntuación, especialmente el punto y aparte. Te animo a seguir camino de superación. Calificación: 8,5

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